
El gato sin nombre de Holly Golightly
Breakfast at Tiffany’s (en España, Desayuno con diamantes), es una película estadounidense de comedia romántica de 1961, dirigida por Blake Edwards, escrita por George Axelrod y adaptada libremente de la novela del mismo título escrita por Truman Capote. Contó con Audrey Hepburn y George Peppard encarnando a los protagonistas, y con un reparto de actores secundarios entre los que estaban Patricia Neal, Buddy Ebsen, Martin Balsam, Mickey Rooney y José Luis de Vilallonga. Fue estrenada por Paramount Pictures el 5 de octubre de 1961.
La representación de Hepburn de la mundana, ingenua y excéntrica, Holly Golightly es generalmente considerada la actuación más memorable e identificable de la actriz. La propia Hepburn lo consideró como uno de sus papeles más desafiantes, ya que ella era muy introvertida y necesitaba interpretar a alguien muy extravertido.
La película fue recibida positivamente desde un comienzo, y en 1961 ganó dos premios Óscar en las categorías Mejor música y Mejor canción original por la famosa canción Moon River, compuesta por Henry Mancini y Johnny Mercer, que también ganó en 1962 dos Premios Grammy, y además fue seleccionada como la cuarta canción más memorable en la historia de Hollywood por el American Film Institute en 2004. La película también fue candidata a otros tres Premios Óscar: Oscar a la mejor actriz para Hepburn, Oscar al mejor guion adaptado, y Oscar a la mejor dirección de arte. Pero, ese adorable gato sin nombre, ¿es solo una anécdota en la película, o tiene más trasfondo?

La protagonista no le pone nombre al gato porque, dice, eso haría que el animal le perteneciese. Ella prefiere no ser su dueña, y así lo explica:
«Somos un par de seres que no se pertenecen, un par de infelices sin nombre, porque soy como este gato, no pertenecemos a nadie. Nadie nos pertenece, ni siquiera el uno al otro».
Sin embargo, llega a admitir que hay una situación en la que podría llegar a nombrar al gato:
«Cuando me siento así, lo único que me ayuda es subir a un taxi e ir a Tiffany’s. Allí no puede ocurrir nada malo. Si encontrara un lugar que me hiciera sentir como Tiffany’s entonces compraría muebles y le daría un nombre al gato».
El gato sin nombre de Holly Golightly representa la forma en que la protagonista trata al amor. Más en concreto, representa su relación con Paul Varjack.
Al principio de la película, a nuestra Audrey el amor le produce cierto rechazo. Al menos el amor en el sentido más convencional, pues rechaza el compromiso y la posesión.
Holly mantiene una identidad falsa, que la desvincula de su pasado y de cualquier atadura. Teme que enamorarse pueda amarrarla. La frase sobre su gato que ya hemos citado antes también podría dirigirla a sus amantes: «somos un par de seres que no se pertenecen, un par de infelices sin nombre».

Una referencia a que el gato simboliza la relación de la protagonista con Varjak la vemos en la escena de las máscaras. En un momento de la película, los dos enamorados entran en una tienda de disfraces y roban dos caretas. La suya representa a un perro, y la de ella… a un gato.
En efecto, Gollightly rechaza a Paul para casarse con José Pereira, un brasileño adinerado. Al final de la película se monta en un taxi para ir al aeropuerto, donde un avión la llevará al país de su prometido. Paul se sube al vehículo con ella, intentando convencerla para que no se marche. En el taxi, el escritor y la joven discuten. «Te quiero y me perteneces», dice él, sabiendo que ella lo ama y que se va a casar con Pereira por dinero. «Las personas no pertenecen a nadie. Somos un par de seres que no se pertenecen, un par de infelices sin nombre, porque soy como este gato, no pertenecemos a nadie. Nadie nos pertenece, ni siquiera el uno al otro».
En ese momento, ella detiene el coche y abandona al gato en la calle. Poco después, Paul vuelve a parar el vehículo y se baja. «Tienes miedo de decir: las personas se pertenecen las unas a las otras porque es la única manera de ser feliz». Aquí queda muy claro que la manera en que Holly trata a su gato también la ha aplicado a Paul.
Él se marcha, y unos segundos después ella se baja del taxi y corre a buscarlo. Se lo encuentra buscando al gato en el callejón donde ella lo había abandonado. Llorando, Holly llama al felino. Finalmente, el animal aparece, y ella lo abraza y lo besa. Luego, mientras suena Moonriver de fondo, hace exactamente lo mismo con Paul. Y es que ambos personajes, el gato y Varjak, representan cómo evoluciona la forma en que Gollightly se relaciona con aquellos a los que ama.