El Principito es uno de los libros más valiosos para la humanidad. Un libro donde una rosa representa, por un lado, la vanidad y el orgullo, por saberse única, por sentirse cuidada, sin darse cuenta que en realidad toda su importancia radica en los cuidados que le da el Principito, que depende de él para poder vivir. En cierta forma, también representa el egoísmo, ya que la rosa sólo piensa en ella. No se da cuenta que sin el Principito no es nada. 

Principito y la rosa nos ayuda a reflexionar sobre la empatía, y las formas tan complejas que a veces adquiere el amor. De hecho, no es lo mismo querer que amar.

La diferencia entre querer y amar: En El Principito y la rosa, la rosa al final pudo entender la diferencia entre querer y amar a alguien. Así se dio cuenta de que ella había querido al Principito, mientras que el Principito la amaba a ella. Ella necesitaba al Principito, le quería porque era necesario para estar a salvo en el Planeta. Pero el Principito se preocupaba por ella, se sacrificaba por ella… la amaba. Amar es desear el bien y la felicidad del otro. Querer es sentir la necesidad de tener al otro a tu lado por algún fin concreto.

La vanidad y el orgullo a veces son espinas protectoras. Muchas veces el orgullo y la vanidad son solo una coraza que se usan para protegernos de los peligros y el dolor; solemos huimos de personas vanidosas, orgullosas, que parece que siempre están presumiendo de sus virtudes, sin embargo, a menudo esa forma de ser es simplemente una coraza, unas espinas con las que intentan protegerse de los peligros. Quizás se trate de personas frágiles, delicadas, que no quieren mostrar a los demás su fragilidad por temor a que les hagan daño. Por eso proyectan una imagen diferente a cómo son de verdad. Y de verdad son personas tiernas y buenas, pero que no son capaces de mostrar sus emociones verdaderas. Tal y como le pasaba a la flor en el Principito y la rosa.

Por otro lado la rosa representa el amor puro, desinteresado, ese amor que esta por encima de los propios intereses. Para el Principito, la rosa es única porque es su rosa. Él sabe que hay muchas otras rosas, pero ésta es a la que él le dedica su vida.

¿Pero quien es la rosa del Principito? Saint-Exupéry no se refiere a una rosa cualquiera sino a Consuelo Suncín-Sandoval Zeceña , su esposa, su amor.

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